En el segundo semestre del año pasado, los más optimistas veían el inicio del año 2021 como el año del cambio y vuelta a una cierta y esperada normalidad. Ahora que ya hemos llegado y superado dicho nuevo comienzo, observamos con cierta inquietud que dichas previsiones, no se han cumplido, y que la incertidumbre continua con ciertos claroscuros y todo apunta a un ejercicio de cierta transición y previsibles sufrimientos en diferentes ámbitos pero también de posibles oportunidades multisectoriales.
Como hemos avanzado en algún otro post, en estos momentos excepcionales relacionados con la pandemia global que a nivel mundial se está intentado controlar, han crecido y se han acelerado conceptos como el e-commerce, los e-sports, el tele-trabajo, la transformación digital, las nuevas realidades… pero también la necesidad de unos cuantos profesionales y estudiantes de reinventarse o readaptarse pero sin parar de correr ó pedalear, y sin dejar de actualizar los conocimientos necesarios presentes y venideros.
A nivel de lógica y sentido común, las personas que en estos momentos tengan y lleven «mochilas más pesadas» (que en términos paralelos serían cargas económicas, financieras, familiares,..) serán las que puedan tener más dificultades para hacer cambios más pronunciados y/o radicales aunque obviamente también dependerá de que alejado se esté del punto ideal, de la capacidad de adaptabilidad, de apoyo efectivo y emocional de su entorno y en la capacidad individual y colectiva de asumir riesgos.
Podríamos hacer el símil de: «irse cambiando de atuendo en movimiento, encima de un mono-ciclo y lanzando al aire varias mazas de malabares» .
Hay un ejercicio prospectivo que se realiza cuando eres pre o adolescente que consiste en escribir una carta dónde hables a tu «yo» trasladado entorno cinco años en el futuro, es decir que expliques lo que vas a ser desde tu visión de presente tu futuro.
Dicha carta se dobla y se guarda en un sobre cerrado y cuando haya pasado el tiempo futuro extrapolado, comparamos si realmente se han cumplido las expectativas y deseos visionados desde el presente.
Podríamos trasladar dicho ejercicio a este 2021 (que todavía podemos considerar inmerso en la influencia del Covid-19) pero desde el punto de vista del «Learnibility».
Algunas preguntas que debemos contestar y guardar en una caja hasta que llegue la fecha :
¿ Qué vamos a aprender de nuevo?
¿ Qué deberemos desaprender ?
¿ Qué nuevas herramientas online nos va tocar conocer?
¿ Qué nuevas realidades (virtual, aumentada, mixta…) avanzarán en mayor medida ?
¿ Qué personas nos vamos a influir positivamente en nuestro constante y necesario aprendizaje ?
¿ Qué personaje-mentor e influente vamos a descubrir ?
¿ Qué tendencias educativas van a ser claves ?
¿ Qué valores se va a reforzar ?
El 31 de diciembre abrimos el sobre con delicadez y lo contrastamos..
Se recomienda ser de caracter optimista-constructivo..