«Cuando» es el título principal del primer álbum editado por un alumni que tuve en uno de mis docencias, con un previsto futuro multifacético artístico-empresarial- prometedor y que considero puede ser interesante seguir de cerca su evolución, desde un punto de vista de caso positivo de desarrollo de una marca personal emergente, coherente y ajustada a una pasión-vocación : Marcel Alvarez.
Empecemos por el contexto dónde se enmarca : en mis clases universitarias marketinianas, entre otras cosas, me ofrecen la oportunidad colateral, de conocer y conectar con estudiantes que pueden tener claro de desarrollar carreras y proyectos futuros en un sentido fuera de la linea convencional y dentro de un de carácter más artístico, deportivo y/o creativo-innovador.
Recuerdo en las distintas clases impartidas, de contar entre l@s alumn@s con jugador@s y arbitr@s profesionales deportiv@s (como de tenis, de hockey hierba, de basket, de billar, de ping pong, de artes marciales, de fútbol…) y también artistas (como pintores, dibujantes o músicos..).
Como os decía la principio, uno de los case studies que me gustaría comentar y plantear como oportunidad presente y futura es precisamente del joven vallesano músico «Marcel Álvarez» que el otro día, coincidí presencialmente de nuevo.
En mis clases impartidas de marketing, recuerdo que destacó por su actitud pro-activa-participativa, compromiso, comunicación asertiva y una marcada personalidad pasional-creativa. En lo que conozco y he podido observar, me atrevo a afirmar que cumple las 4 H´s que de forma diferencial piden los directivos para contratar: Honestidad, Humildad, Humor-sentido de, Humanismo-Renacentista..
Durante el curso que lo tuve, coincidió que se había presentado para un casting masivo que realizaba un programa con audiencias destacadas, de la cadena catalana TV3 denominado Euforia. El no lo había dicho públicamente en clase (al menos cuando estaba yo presente) pero descubrí por casualidad su participación en el programa, mirando una plataforma digital relacionada.
Recientemente ha publicado su primer álbum, y a principios de este mes, ha realizado en su ciudad natal- Sabadell (Barcelona) en una sala musical emblemática su primer concierto con un grupo de músicos (batería, bajo y teclados) que pude asistir junto a mi pareja. Asimismo, casi de forma paralela, ha publicado un video donde habla de forma transparente y directa de «cuanto cuesta lanzar un disco»..(comparte conocimiento entre los potenciales nuevos músicos), y lo titula llanamente: «cuanto me costó mi disco«.
Viendo su vocación/enfoque musical (que por lo que se aprecia en videos y shorts que aparecen en distintas plataformas), viene de lejos y su relación con el desarrollo profesional combinado, le lance la posibilidad que me hiciera un resumen de su experiencia y planteamiento de marca personal en un panorama atractivo y competitivo como el musical.
Os transcribo, pues, de forma integra el texto que para este post me ha desarrollado y que pienso denota que aparte de ser un artista-músico-creativo-sensorial es un buen compositor-emprendedor que intuye como trabajar de forma sostenible, resilente y coherente su marca personal a largo plazo.
«Con la globalización y el replanteamiento de las competencias mercantiles entre los mercados de diferentes áreas geográficas, las redes sociales han jugado un papel clave en el desarrollo de muchas empresas “democratizando”, así, el darse a conocer sin la expresa necesidad para las pequeñas y medianas empresas de desembolsar grandes cantidades de capital en campañas costosamente accionadas en los medios clásicos.
En este artículo, veremos cómo un artista emergente (considerado como un músico compositor en vías de darse a conocer) puede abrirse camino en el mundo de la música y qué cartas puede y debe jugar si quiere ser competitivo en un muy saturado mercado, donde destacar no está a la orden del día.
Previo a todo, debemos comprender que, en el mundo de la música, un artista no vende un producto, sino una experiencia.
En la década de 2010, los discos dejaron de venderse i las diferentes discográficas tuvieron que enzarzarse en un poderoso impass para lograr generar caja y sustentar los grandes gastos que generaban.
Principalmente, un sello recibía ingresos por vía de dos grandes fuentes; los conciertos y los CD’s. Cuando los últimos dejaron de funcionar se encontraron con una sola fuente de ingreso principal y un gran mercado por explorar, por lo que tuvieron que adaptarse y ser flexibles ante un cambio radicar y sin precedentes en su manera clásica de vender.
Como decía, un artista no vende un producto, sino una experiencia que atañe a la subjetividad de cada oyente. Pero, más allá de ello, lo que le hace vender no es esa experiencia sino cómo la vende. Con esto introduzco la marca personal.
A lo largo de los años, numerosos y habilidosos individuos han logrado convencer, persuadir y enamorar a grandes masas de personas alrededor del mundo con tan solo su manera de ser, su expresividad y su arte para venderse a si mismos como la solución, el remedio o la razón. Para ello, les fue, y les es, muy importante recurrir a la cercanía con el receptor por tal de fidelizar de un modo u otro al mismo, ya que un público fiel significa dos cosas; una regularidad de ventas i más clientes (muchos atraídos por la inflexión positiva del boca a boca).
Todo esto, muy resumidamente explicado, es algo que un artista emergente debe saber y asumir con expresa rapidez si no quiere perder su valioso tiempo.
Empezaría diciendo que, para lograr hacerte un camino en el mundo de la música, debes primero ser musico, pero ni siquiera es así.
La mayoría de cantantes que se ven en la actualidad no son músicos sino interpretes o simplemente personas que han juntado cuatro acordes y han elaborado una canción, muchas veces hasta con mensajes vacíos.
Pero todos ellos tienen una particularidad, y es que el receptor interpreta su canción como una experiencia en la que se siente bien, en sintonía con las personas de su alrededor (socialmente), acompañado o entendido, y, si todo esto se junta con un protagonista clave que representa de cara al publico lo que representa esa experiencia y se caracteriza con un determinado personaje, sintoniza al publico con él y la gente lo identifica como dicho personaje.
Al fin y al cabo, lo que vende un artista, en esencia, es su música, pero lo que le hace vender es su marca personal y como la explora para con los oyentes.
Las redes sociales significan un paso adelante en la democratización de la “fama” pero, a su misma vez, dos pasos hacia adelante en cuando a los niveles de competencia entre individuos que buscan vender una misma cosa. Es por ello que, ante un mercado de un solo producto como es la música, debes ofrecer o una experiencia diferente a las demás o la misma cosa que los demás, pero vestida de diferente manera y edulcorada con artimañas y trucos que se van desarrollando pensando e investigando a los demás competidores.
Es súmamente importante tener en cuenta que, con las redes sociales, la capacidad de retención de los particulares ha disminuido ampliamente, siendo los 5 primeros segundos de las publicaciones las que sentencian para un modo u otro el contenido que están presenciando. Por lo cual, se debe buscar la manera de explotar al máximo la retención y atención del receptor en no más de ese tiempo, pues de lo contrario estaríamos perdiendo ese contenido.
Otro aspecto clave es generar contenido constantemente. Ya no vale trabajarse un vídeo durante un día entero para publicarlo y esperar a la semana siguiente o al cabo de 5 días para subir uno de nuevo.
Ahora hay que tomar acción cada día y reducir los tiempos de producción de ese día a unas pocas horas, concentrando toda la información de la manera más entretenida y amena posible hacia el espectador, pues lo que más interesa son dos cosas.
Una, que clique en el vídeo y que lo vea. Dos, que lo comparta o siga al creador en su red social. Cada red social tiene su algoritmo, que, de hecho, ni los propios creadores del mismo saben cómo funciona con exactitud. Algoritmo contento = más repercusión. Algoritmo enfadado = penalización.
Volviendo al tema de la música, es importante que, pese a todo el mar de abrumadores inputs constantes que inducen a crear contenido más “fast food”, un artista siempre mantenga su esencia y su originalidad por delante de todo, ya que, al fin y al cabo, lo rápido es muy bueno para el corto plazo, pero lo verdaderamente bueno prevalece para el futuro y mantiene una progresión constante, contribuyendo a una mejora como sociedad y como mundo. Es importante dominar las nuevas herramientas para poder llegar al punto donde no haya limite para crear y experimentar, aunque siempre teniendo en cuenta que los nuevos tiempos están para quedarse y que debemos o bien adaptarnos o bien desaparecer, ya que, al final, en condiciones de libre mercado, todo vale y la inteligencia ante cambios y la velocidad de adaptación ante los mismos condicionan el éxito o el fracaso de los proyectos.
Redes sociales, marca personal, fidelización del cliente, experiencia > producto, velocidad de adaptación hacia los cambios…
Todo ello es crucial y fundamental en una economía globalizada en constante evolución.«
Releyendo el texto pienso que podemos observar su formación empresarial, sentido común y sensibilidad creativa.
En homenaje a la temática del blog retaría al «alumni-cantante-emprendedor» Marcel Alvarez que si li apetece y lo considera adecuado para su evolución artística y relación con el mundo empresarial marketiniano, componga un día una canción que contega frases del texto anterior transcrito o que se llame o se relacione con la temática «marketing, innovación y emprendeduría» 🙂
Hago hincapié y animo al posible inversor o agente musical que pudiera leer este post, a tenerlo en cuenta…
Cuando, su tema principal del nuevo álbum y si lo relacionamos con su consolidación y proyeccción artística-empresarial, esperamos que sea «ahora» o/y «pronto»…..